Junto con el agua, la luz es el factor más importante para las plantas y es que la energía fotoquímica procedente de la luz solar permite obtener la energía necesaria para poner en marcha toda la maquinaria fotosintética mediante la cual se genera materia orgánica para generar tejidos y reparar los existentes. No obstante, muchas veces el exceso de radiación solar puede producir daños en los tejidos de las plantas debido a un proceso conocido como fotoinhibición. En este proceso el exceso de radiación puede provocar la rotura de los fotosistemas y dañar de forma irreversible las hojas.
Generalmente las plantas reaccionan a este proceso generando pigmentos para disipar el exceso de energía, lo que implica que las hojas se vuelvan más rojizas en algunas ocasiones.
Sea como sea, las plantas tienen un óptimo de luz, un margen de valores entre los que pueden crecer sin daños. A continuación os comparto una tabla de lux con los valores que tenemos en el vivero para el cultivo de las carnívoras:
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